¡Buenas!
El pasado viernes 16 tuvimos el primero de los talleres de gastronomía de este año. En esta ocasión, dedicado al Día del Padre, así que fue un taller familiar con padres y peques. La idea era preparar algo fácil pero original para sorprender a los padres en su día y tengo que decir que ¡¡lo conseguimos!! Todo el mundo salió del taller muy contento y cargado de regalos.
Fueron 3 las sorpresas que preparamos, todas súper facilitas, perfectas para que los niños cacharreen en la cocina y se vayan aficionando a los fogones. Aunque la verdad es que a lo que hicimos no se le puede llamar recetas, sino más bien “manualidades” comestibles.
Una de ellas es la que os quiero enseñar hoy porque creo que fue la que más sorprendió y me parece la más divertida. Si sois de los que veis programas de cocina en la tele seguramente ya sabréis lo que es un “trampantojo“. Si no, os lo cuento: un trampantojo es algo que parece una cosa, pero es otra muy distinta, consiste en engañar al ojo.
Como a los aitas (¡y a quién no!) les gustan los huevos fritos con patatas fritas y ketchup, pues eso les hicimos. Pero estos que preparamos seguro que cualquier dietista los recomendaría comer a diario! 😉 Perdonad la calidad de las fotos, pero las hice durante el taller, así que entre la luz que había y el ajetreo de padres y peques las saqué como pude.
Tomad nota, que os enseño a preparar este truquito.
4.- Ponemos las “patatas” junto al huevo y les echamos por encima sirope de fresa, como si fuera ketchup.