Es en el lejano siglo XVIII, en los años previos, durante y después de la Revolución Francesa, cuando podemos encontrar el antecedente de lo que posteriormente se conocería como “traje sastre” o “vestido sastre” femenino. La mujer comenzó una carrera imparable cuyo objetivo se centró en entrar en el armario del hombre.
Su culminación llegó con Yves Saint Laurent, quién creó la que se convertiría en su pieza clave en el año 1966: “Le Smoking” femenino. Esta apuesta tan arriesgada consiguió distinguirle del resto de firmas.
Este concepto desbancó a las colecciones hasta entonces plagadas de otro tipo de diseños no exentos de faldas o vestidos de fiesta.
La influencia posterior de esta pieza es innegable. Y una temporada más las pasarelas la han reinventado acudiendo a los diseños más clásicos para dotar a nuestro guardarropa de una prenda de fondo de armario
Esta primavera está permitido combinarlo de mil maneras de forma que le podamos restar sobriedad.
¿Cómo? Mezclándolo con deportivas, por ejemplo
El eterno blanco puede ser otra opción. Una versión diferente es este modelo con solapas invertidas
Incluso puedes hacerte con su versión más veraniega
¿Cuál eliges?
¡Feliz semana!
Inma Espizua / Abasedestilo